Otro
Como probablemente ya sabías, soy fanático del futbol. Me gusta jugarlo (aunque lo juego cada vez menos por eso de la avanzada edad) y me gusta verlo.
En cuanto a equipos se refiere, creo que tengo un buen balance… ni puras victorias ni puras derrotas. Desde que tengo uso de razón le voy al Real Madrid (que normalmente es el de las victorias) y al Cruz Azul (que, bueno pues, ya te sabes la historia).
Si no te la sabes porque vives en una piña debajo del mar o porque no eres mexicano (que, la neta ya es una historia bastante internacional a decir verdad) te la resumo.
Cruz Azul ganó su último título de liga en el invierno de 1997, hace más de 23 años ya.
Pero claro, ese no es el problema, hay muchos otros equipos que no han ganado un campeonato en sis vidas. El problema es que entre ese año y la actualidad, Cruz Azul llegó seis veces a la final de la liga y la perdió.
Eso hizo que se volviera un meme a nivel internacional y que claro… yo fuera por siempre la burla de todos mis amigos, conocidos y Mercatitlenses.
Todo hasta hoy, en donde Cruz Azul por fin ganó su noveno título de liga y rompió la maldición que le daba a los aficionados más miedo que la de “El Aro”.
Una mañana después del campeonato estoy reflexionando y creo que la historia del Cruz Azul tiene mucho que ver con la del emprendimiento, así que decidí juntar estas dos pasiones que tengo en la vida y escribir sobre ellas para darte una buena lección (y sobre todo, inflar el pecho de que esta vez si ganamos).
Los grandes emprendedores no son los que lo hacen todo bien a la primera, porque tarde o temprano eso se va a terminar y tendrán un error garrafal en sus vidas.
Apple sacó una red social llamada Ping que fracasó.
Facebook intentó lanzar sus teléfonos y quebraron.
Y a nadie le gustó el Choco Roll de fresa (hasta en su nombre lo dice, esa estaba cantada).
Si esas empresas con genios a su mando y millones de dólares para hacer investigación de mercado cometen estos errores, tú no tienes ni el más minimo chance de no cometerlos.
Entonces, la clave no es ganar siempre, es aprender a levantarte cuando pierdes y seguir luchando pase lo que pase.
El Cruz Azul no se convirtió en un equipo del fondo de la tabla tras haber perdido una final, ni dos, ni tres… siempre estuvieron luchando por regresar a la cima sin importar cuantas veces los tiraron.
La mente es mucho, pero mucho más poderosa de lo que crees. Y aunque pienses que tú la controlas, en realidad ella te controla a ti (lea usted a Sigmund Freud para más información).
En el emprendimiento y en el futbol, si llegas con mentalidad perdedora, vas a perder.
En un viaje a Silicon Valley conocí a Sam Altman, el dueño del mejor programa de aceleración del mundo, “Y Combinator” y él nos contaba que la gran mayoría de las veces que aceptaba a una empresa a su programa (que tiene menos tasa de aceptación que Harvard, literalmente) no lo hacía por la empresa en sí, sino por sus fundadores y su mentalidad.
Los partidos se ganan o se pierden desde antes de que pite el árbitro, llegas con una mala mentalidad y estás frito.
En el emprendimiento sucede lo mismo.
Una particularidad que me di cuenta ayer mismo, fue que todos mis amigos, familiares y conocidos que todos los años se burlaban de que el Cruz Azul la había cruzazuleado* de nuevo fueron los mismos que me escribieron “que gusto, muchas felicidades, la verdad ya se lo merecían”.
Y ojo, no estoy criticando a mis amigos y familiares, probablemente yo haría lo mismo… solo estoy mostrando el comportamiento natural del hombre.
Cuando estás abajo, todos se ríen y cuando estás arriba todos festejan contigo. Normal, nada raro.
Solo que en el emprendimiento es así todos los días.
Cuando empiezas y no te está yendo muy bien, probablemente te critiquen en las reuniones de amigos en las que no estés. Pero cuando salgas como “Emprendedor del año” en la revista Times, todos van a querer ser tus amigos y “siempre lo mereciste”.
Solo tenlo en mente.
Las redes sociales nos muestran una cara sexy del emprendimiento “siendo tu propio jefe”, “dueño de tu tiempo”, “millonario”, “libre” sin embargo jamás te muestran el lado más real y doloroso.
Emprender es un juego a la larga, construir negocios no es lo mismo que construir productos y hasta para generar a un buen equipo en una empresa hay que contratar y despedir a decenas de personas.
Todo en el mundo del emprendimiento requiere paciencia y normalmente los que no la tienen son los que pierden.
No quieras ganar a corto plazo ni te desesperes porque en tus primeros 3 meses no estás haciendo dinero.
Recuerda que al Cruz Azul le tomó 23 años, no sea usted llorón.
Además de ser el equipo que más me ha hecho llorar, también es el equipo que más me ha hecho reír. El Cruz Azul es un chiste establecido ya en este país y a través de sus 6 finales perdidas y varios otros fracasos se han creado muchos de los mejores memes que ha dado el futbol.
Lo único malo es que, yo siempre he estado en desacuerdo con la frase de “no hay publicidad mala” o “toda la publicidad es buena”.
Evidentemente es una estupidez esa frase, por supuesto que hay mala publicidad.
¿O acaso quisieras tener la publicidad de Jeffrey Epstein? Exacto
Aunque te hagas mega famoso y todo el mundo hable de ti, si están hablando de la manera incorrecta, no sirve de nada.
La mala publicidad del Cruz Azul no le permitía fichar a jugadores de cierto nivel y no le permitía conseguir patrocinios.
No se trata de ser famoso a toda costa, ni que hablen de ti de la manera que sea. Se trata de tener una buena estrategia de publicidad para que poco o mucho, pero lo que se hable de ti sea bueno.
En el emprendimiento es igual, no busques la viralidad a toda costa, no te asocies con personas que no te gustaría hacerlo solo para que hablen de ti.
No busques la publicidad, busca la imagen.
Así es, al parecer el equipo que me ha quitado todo se parece mucho a la disciplina que me lo ha dado todo. El emprendimiento y el Cruz Azul tienen mucho en común.
Espero que te sirvan estos consejos de emprendimiento y te voy a dejar uno último de futbol antes de que te vayas:
Elige bien a tu equipo cuando seas joven, por que puedes cambiar hasta de género hoy en día sin ningún problema, pero de equipo jamás, aunque no gane nada en 23 añotes.
*(Del lat. cruxa, verbo.) la acción de echar todo lo trabajado a la basura en el último minuto.
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