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Déjame contarte una historia con la que espero inspirarte a que escribas tu propio libro…
El 31 de enero del 2022, después de mucho trabajo, sudor y rock and roll… salió a la venta mi primer libro (sí, digo primer porque probablemente en unos años me anime a escribir otro).
El lanzamiento fue una locura, más de 2500 personas reunidas en un evento que se transmitió totalmente en vivo y en donde di una conferencia sobre las tendencias en emprendimiento, marketing y tecnología… y después de eso hice oficial el inicio de la venta del libro, pasándoles el link de Amazon y viendo como caían y caían las órdenes de los mercatitlenses que, al igual que yo, estaban ya desesperados de aguantar tanto tiempo por ese libro.
En el lanzamiento, abordado por la emoción e intensidad del momento, tuve la grandiosa idea de prometer que todos los que compraran su libro en menos de 24 horas… se los firmaría personalmente, uno por uno.
Finalmente, vendimos unos 600 libros físicos durante esas 24 horas y juré que me iba a tardar al menos un día entero en firmarlos todos y que me iba a dar el síndrome del túnel carpiano (búscalo en Google, seguro lo tienes por estar tantas horas jugando Fortnite en la compu), pero en realidad, y con un sistema de 3 personas en las que una me ponía el libro frente a mí y abierto en la página correcta, yo lo firmaba y otra lo tomaba de ahí y lo guardaba en una caja. Solo me tardé un poco más de una hora en firmar los 600 libros y mi mano estaba tan perfecta que ese mismo día fui a jugar pádel.
Al día siguiente, mi equipo y yo nos dimos cuenta de que en tan solo 24 horas nos habíamos convertido en el libro más vendido en todo Amazon y que todo nuestro esfuerzo había valido la pena.
Pero antes de este logro que no podía creer, también hubo dificultades y te quiero platicar estas 5 cosas que aprendí en el proceso y que me hubiera encantado saber antes de encaminarme en esta aventura tan larga como la de Link en Ocarina of Time.
Este fue el primer aprendizaje que tuve al escribir el libro, en todas las películas en las que muestran a alguien escribiendo, lo muestran como un artista que únicamente trabaja bajo inspiración, la cual puede ir y venir esporádicamente.
Bajo esa premisa, no tienes control de tu propio libro y puede que nunca lo termines.
A las pocas semanas de comenzar a escribir, me di cuenta de que no podía darle chance a que esa inspiración mágica llegara y que lo mejor sería ponerme una meta semanal de avance.
Así le hice, no lo me puse metas por número de hojas, ya que hay conceptos más cortos que otros. Pero si me puse una meta de mínimo un capítulo a la semana. Cuando estaba inspirado escribía tres o cuatro, pero cuando no lo estaba, sabía que al menos iba a sacar uno.
Eso hacía que nunca me desconectara del libro, nunca lo abandonara.
Siempre me imaginé que escribir un libro era tardado (a menos que seas de esos autores que sacan libros que son tan delgaditos que parecen trípticos de hotel o de los que permiten que alguien más lo escriba por ellos), pero jamás pensé que tardaría dos años en hacerlo.
El primer año fue totalmente mío, comencé a escribirlo en enero del 2020 y terminé exactamente el 31 de diciembre de ese año (hasta le eché más ganas los últimos días para poder terminarlo ese mismo año).
A partir de eso, juré que el libro saldría en uno o dos meses… pero fue ahí cuando aprendí que escribir un libro es tan solo el 60% del mismo. Una vez que lo escribes faltan miles y miles de otros detalles que se tienen que resolver.
Corrección gramatical, corrección de estilo, título, subtítulo, maquetación, diagramado, portada, lomo, contra portada, tipografía, tamaño, color, páginas con diseños especiales, ISBN, registro en Amazon, imprenta, pruebas y muchas muchas cosas más.
No te dejes engañar (como yo), escribirlo es solo el comienzo.
No digo que nunca vaya a sacar ningún libro con una editorial, sin embargo, por las investigaciones que estuve haciendo para este… las editoriales te dejan entre el 3% y el 5% del precio en el que vendan el libro (si, yo también me sorprendí más que cuando supe que Bill Gates y Melinda se divorciarían).
Eso quiere decir que a ti te lleva 2 años de tu vida hacer algo que se vende en $15 dólares y que tú solo te quedas con $0.45 ¡es una locura!
Claro, si eres J.K. Rowling y vendes cientos de millones de copias… todo tiene sentido. Pero para el 99% de los autores, hacer un libro no es un proyecto que en realidad genere buenas utilidades.
Hay que verlo más como un proyecto personal o a favor de tu marca… si no, estás frito.
Una de las cosas que más me frenaban al principio es que iba escribiendo sin estructura, sin saber cual sería el siguiente capítulo… y eso va alentando tu cerebro poco a poco.
Después me di cuenta que necesitaba tener una estructura antes de aventurarme en cualquier tema, eso hizo la escritura mucho más fluida y cómoda.
Te mega recomiendo que antes de escribir la primera letra, hagas una especia de índice con todos los temas que quieres tocar, capítulos, sub-secciones de ellos y hasta puntos a desarrollar.
Hasta ahora, tal vez estás pensando que esto de escribir un libro es un suplicio. Tardas dos años en hacer algo ultra complejo en lo que necesitas muchísima disciplina y estructura y encima… es mal negocio.
Pero no, al contrario, en el momento en el que tengas en las manos tu libro y lo veas ahí en los resultados de Amazon, te darás cuenta de que es una de las cosas más satisfactorias que puedes hacer a lo largo de tu vida y que todo ese esfuerzo valió la pena.
Después de todo, el dicho dice que todos en la vida tenemos que plantar un árbol, escribir un libro y comprar el mío, ¿no? ¿o cómo iba?
Te dejo el link para que le eches un ojo.
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