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¿A quién no le gustaría que sus clientes fueran más que personas que compran sus productos o servicios?
¿A quién no le gustaría que sus clientes defendieran su marca hasta la muerte?
¿A quién no le gustaría que sus clientes hagan compras consecutivamente en su negocio?
¿A quién no le gustaría que las Oreos tuvieran más relleno cremoso?
Me imagino que estos escenarios le caerían bien a tu negocio, así que a menos que seas dueño de Google, IKEA o Wikipedia, tienes que leer este post.
En los últimos años, los negocios nos hemos vuelto tan "buenos" en marketing, que tratamos a nuestros clientes como si fueran animales que caen en nuestras trampas para vender.
Pero, como bien decía el padre del marketing, David Ogilvy...
Peor aún, los clientes son muy inteligentes y gracias a Internet tienen toda la información que necesitan para tomar una decisión de compra.
Así que...
Bienvenidos al 2016, el año en que no podemos engañar a nuestros clientes.
También es el año en que se rompió el récord de el tiempo más rápido en aplastar tres sandías con las piernas, pero eso es muy irrelevante para este post.
Seguramente estás pensando:
¿Qué?
Entonces, si no puedo engañar a mis clientes y hacerlos caer en mis trampas de marketing...¿Cómo voy a conseguir clientes?
¿Qué te parece la opción de ayudarlos?
¿Alguna vez habías pensado en eso?
El gran secreto para conseguir clientes y que estos te amen con locura en 2016 es...
Así de simple, así de sencillo.
Esta técnica funciona de maravilla y no solamente te ayuda a vender más a largo plazo, sino a realmente construir una marca.
Yo se que tampoco se trata de ser las hermanas de la caridad y de ayudar siempre y no vender jamás.
Se trata de cambiar los porcentajes de cuantas veces le pedimos a nuestros clientes que nos compren y cuantas veces los ayudamos, el balance tiene que estar 3 a 1 a favor de ayudar.
Gary Vaynerchuk habló en una conferencia en Phoenix a la que tuve la oportunidad de asistir y explicó lo siguiente:
Los clientes son como una cuenta de banco, si tú te presentas al banco, abres una cuenta que esta en ceros y quieres hacer un retiro de $500, no importa cuantas veces lo intentes...jamás obtendrás el dinero.
Sin embargo, si tú abres una cuenta y un día depositas $100, otro día $600 y otro día $20, ya tienes balance positivo, así que si un día quieres hacer un retiro de $500, no habrá problema alguno.
Exactamente eso tenemos que hacer con nuestros clientes, no pedirles que crean en nosotros y que nos ayuden cuando nosotros no hemos hecho lo mismo por ellos.
No pedir que nos compren, cuando no hemos construido una reputación y una relación con ellos.
No pedirles que entren a nuestro negocio, cuando no existe una marca que lo sustente.
Es por eso que la creación de contenidos, el buen servicio al cliente, pruebas grátis y otro tipo de acciones que al parecer no sirven de nada, funcionan tan bien.
Las empresas que crean fans son las que se preocupan más por ayudar que por vender.
Piensa qué pasaría si revisas la cuenta de banco que tienes con tus clientes...
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